Restauración imposible

Ummmmm.... ¿quién sabe.....?



lo siento no sé cómo hacer para que se vea entera

A colación de este tema ha salido este articulo en La Vanguardia. Espero que lo disfruteis.

El delirio fue casi instantáneo, y las redes sociales acogieron felices el frenesí creativo. La torpe restauración de un Ecce Homo del siglo XIX en una iglesia de Borja (Zaragoza), perpetrada por una bienintencionada octogenaria con pretensiones artísticas, ha dado la vuelta al mundo y ha desencadenado una colosal reacción farsesca en la red. Internautas españoles y foráneos se han lanzado a versionar el involuntario desastre de la anciana pintora Cecilia Giménez, con resultados hilarantes: insertan rostros conocidos sobre el cuadro original (de personajes reales o de ficción, como Paquirrín, la duquesa de Alba, Marilyn Manson o la Pantera Rosa), o colocan el óvalo facial creado por doña Cecilia en cuadros famosos, como El grito de Munch y La Gioconda de Da Vinci.

"Aquí se han juntado dos cosas: la típica noticia tonta de agosto, época en que no suele haber noticias, con el efecto multiplicador de internet; la voracidad de internet fomenta estos fenómenos efímeros, no podemos hablar de mitología sólida real", razona el crítico cultural Jordi Costa, comisario en el 2003 de la muestra del CCCB Cultura basura. Una espeleología del gusto. Hay una porción de la humanidad ungida a un teclado de ordenador que se pirra por estos juegos de recreación-manipulación de imágenes.

Esta misma semana, la publicación por el diario The Sun de unas fotos del príncipe Enrique desnudo durante una juerga en Las Vegas ha desatado una oleada de mímesis solidaria en Facebook, con soldados y civiles en cueros cubriéndose lo esencial con la Union Jack y saludando militarmente. Es otro modo de versionar una imagen que se ha hecho icónica. Ocurrió algo similar con las recreaciones de la foto que la actriz estadounidense Scarlett Johansson se tomó a sí misma desnuda con el móvil. Había un objetivo lúdico (parodiar la misma escena pero colocando Barbies, perritos o el pato Donald o con algún famoso imitándola, como hicieron sin el menor arrobo los humoristas José Corbacho y Berto Romero), pero también había una cierta solidaridad hacia quien ha cometido un error a fin de cuentas perdonable.

Ese mecanismo de empatía se ha visto también en el caso de la señora de Borja, estrella mediática de este firmamento estival, que ha recibido un alud de muestras de apoyo, incluida la petición en internet de que se respete su calamitosa restauración del Ecce Homo, obra que no era artísticamente relevante. En Twitter ha arrasado el hashtag (etiqueta) #todosconcecilia y en esa red social el cineasta Àlex de la Iglesia lanzó un tuit al saber que la pintora amateur había enfermado ante el revuelo: "Cecilia es lo mejor que nos ha pasado en este país en años. Por favor, que se recupere". Su fútil acción despierta ternura, aunque hay que recordar que, con la misma intensidad, en internet se forman con rapidez auténticos pelotones de linchamiento.

"Como psicólogo interesado por los comportamientos sociales que se desarrollan en la red puedo decir que el morbo también existe allí, además de en el programa televisivo Sálvame -argumenta Ricard Cayuela, vicedecano del Col·legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya-, aunque es un morbo activo más inteligente, con un grupo objetivo bien diferente y mucho mas interesante, sobre todo de jóvenes conectados, con opinión, con capacidad de acción y hasta creatividad".

Entre los requisitos para que algo sea versionable en internet, Marc Cortés, profesor de marketing digital en Esade y especialista en redes sociales, cita: que se dé "un hecho desencadenante, famoso o conocido", que sea "rápidamente expandible" a través de las redes, y sobre todo que tenga "un punto divertido, un carácter lúdico". Así se genera una acción viral, dice: hay un germen o virus (aquí sería la imagen retocada por Cecilia) que salta a internet y se autorreplica en forma de nuevas imágenes, gusta, se multiplica y produce ese efecto contagioso del virus. Ayuda al fenómeno la existencia de programas como Instagram, que permiten adaptar, retocar y editar fotos sin grandes dificultades; hace veinte años esto no habría sido posible, a esta escala. Lo curioso, a juicio de los consultados, es que en estos versionados de cuadros o fotos célebres por su propio carácter insustancial, el internauta se siente libre de intervenir, asume que la autoría de lo replicado se difumina, también porque nadie siente que esté ejecutando una gran obra; no hay orgullo de autor, en definitiva. "Internet es un mundo en que las jerarquías no existen, todo es trivializable", sostiene el crítico cultural Jordi Costa.

Ejemplos de esta manía imitadora no faltan en la historia reciente de la cosa virtual: son muy recordados los divertimentos gráficos con el rostro impávido de Francesc Satorra, veterano empleado del Barça, captado en medio de la foto en que Mourinho le metía el dedo en el ojo a Tito Vilanova. "De pronto, alguien es capaz de sacarle punta a algo, que retoma y personaliza adornándolo, y generando una auténtica bola de nieve espontánea a la que se enganchan internautas hechizados por la propuesta, que la reenvían muchas veces retocándola y dejando así su propia huella", señala Cayuela. El concepto de repetición de elementos sencillos "aplicado a la chorrada funciona muy bien en internet -insiste Costa-, se crea un estado de simpática banalidad". Caso claro son los vídeos de bebés partiéndose de risa, o los de gatitos haciendo cucadas, que siempre tienen su cuota de atención en YouTube.

¿Estimula esto la creatividad de las personas en un modo diferente al de los tiempos en que no había nuevas tecnologías? "Las redes sociales permiten un punto de fuga, una salida a esa creatividad, darle rienda suelta; es verdad que nos hacen más abiertos, liberan esa creatividad", dice Marc Cortés, profesor de Esade.

"Hay mucho ingenio y talento ahí afuera, pero admitámoslo, si analizas todos los tuits en torno a hashtags que son trending topics por algún motivo, solamente diez son pequeñas maravillas", alerta Jordi Costa. Sea como fuere, estos tormentones creativos suelen ser flor de un día. Dentro de poco quizá ni serán recordados, aunque siempre quedarán las hemerotecas para conservar el recuerdo de la imagen madre que generó los dos de este verano: el Ecce Homo de la octogenaria Cecilia y la foto del príncipe Enrique como vino al mundo.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/vida/20120901/54344138145/versionar-banalidad-atiza-creatividad-internautas.html#ixzz25Ct0lKjY

Selene, ¡qué artículo tan certero, a pesar de ser corto!!!, claro que si corto y bueno....
Es verdad que vivimos en un mundo algo vanal y todos estamos dispuestos a sacarle punta y echarnos unas risas a costa ajena.
Pero al terminar de leer me quedó claro que como especie dejamos muuucho que desear. , aunque si que hay gente sobresaliente.

Hemerotecas y camisetas, según he leído iban a sacar camisetas del cristo. Muchas gracias por traerlo Selene, esta muy bien el articulo y es curioso lo que puede llegar a crecer alguna noticia con las redes sociales y los comentarios en foros, más que la espuma.

Aquí una de las camisetas

parece el Che, con papada

Harry escribió: parece el Che, con papada

O con bufanda!!

No lo sé, pero a mí me recuerda a Paquirrín.