Serie "Hermanas Arlington" , Olympia Russell (rom)

Aidan O’Sullivan, baronet de Howth, es uno de los coroneles más respetados del ejército británico, sin embargo, en sus horas libres es un calavera sin escrúpulos que desprecia a las mujeres y solo se relaciona con ellas para el sexo.

Silvania Arlington es la segunda hija del Duque de Rochester. Las siete hermanas Arlington viven aisladas en un castillo a cincuenta millas de Londres y la relación con su padre, que trabaja en secreto para la Corona, es a distancia, por carta. Esta circunstancia, además de haber perdido a su madre de muy niñas, ha hecho que cada una de ellas haya desarrollado una fuerte personalidad, alejada de las actitudes y convenciones de su clase social.
Silvania es la intelectual de las hermanas, vive para leer y lee para vivir: siempre está rodeada de libros.
Y es precisamente un montón de libros el que hace que las vidas de Silvania y Aidan se crucen.
A partir de ese día, Aidan se empecina en conseguir que Silvania caiga en sus redes de seducción, con la idea de poseerla y abandonarla, como ha hecho tantas veces antes con otras. Pero Silvania tiene ideas propias y no se lo va a poner fácil. De hecho, su intención es que sea imposible.
¿Quién ganará en el excitante duelo al que se enfrentan los dos?



Cassandra Arlington es la cuarta hija del Duque de Rochester. Vive en el palacio familiar junto a sus seis hermanas. Cassandra, al igual que sus hermanas, es una joven peculiar cuyos intereses pasan por cuarquier tema excepto el del matrimonio.
De hecho, es justo mientras sus hermanas mayores, Livia y Silvania, están preparando el baile de su presentación en sociedad, la puerta al matrimonio, cuando ella se mete de lleno en una investigación criminal.

Michael Stewart ha abandonado un futuro brillante al frente de las empresas de su padre por perseguir su sueño de hacer de Londres una ciudad mejor. El primer ministro le ha encomendado hacerse cargo de una sección de la recién creada Policía Metropolitana, precisamente la sección que se encarga de descubrir a los criminales más peligrosos.
Todo parece ir bien, hasta que una joven que no sabe de dónde ha salido empieza a hacerle la vida imposible con sus intromisiones.
A partir de ese momento, una de las misiones más urgentes de Michael va a ser quitarse de en medio a esa joven entrometida que, además, es también enormemente atractiva.



Viola Arlington, cuarta hija del Duque de Rochester, es la más extraña de las siete hermanas, lo cual es mucho decir, ya que todas se salen de lo que se espera de ellas según su posición social. Pero el problema con Viola no es que desprecie o desafíe las reglas de su mundo, sino que vive más en el otro mundo que en este. Desde que tiene uso de razón, ha vivido acompañada de presencias y espíritus; de fantasmas y de criaturas etéreas.

El hecho de vivir en una familia diferente ha permitido que su peculiaridad pase desapercibida, pero el día que cumple veintitrés años, un suceso inesperado la saca de su rutina: el pastor Adams, el anciano venerable que se ha ocupado durante toda su vida de los oficios que se celebran en la capilla de palacio y a los que ella acude diariamente, ha caído enfermo y en su lugar hay un sustituto.

Y se trata del hombre más atractivo y terrenal que Viola ha visto en su vida...



Minerva Arlington tiene las cosas muy claras, al igual que su hermana mayor, Livia, el problema es que ambas van en direcciones contrarias. Además, por desgracia para Minerva, Livia le recuerda constantemente que en el palacio donde viven se hace lo que ella ordena. Después de dos semanas enfadadas y sin hablarse, a Minerva se le ocurre una solución perfecta para ese problema: dejar de vivir en el palacio. Fuera, libre, podrá hacer lo que le dé la gana sin ninguna cortapisa.

Pero Minerva, que ha vivido entre algodones hasta entonces, se da cuenta nada más poner en marcha su plan que en su cabeza era mucho más sencillo que en la realidad: la vida fuera de las cuatro paredes de su magnífico palacio es mucho más difícil de lo que había supuesto. Y está llena de peligros e indeseables...

Sean O' Brien está acostumbrado a moverse en los límites de la ley. Y a que todo el mundo le tenga miedo. Una noche, tras una pelea especialmente dura, recobra la consciencia y se encuentra con la cara de una joven que parece un ángel, pero se comporta con un demonio. Sean está convencido de que ha llegado su hora y de que esa joven es la señal de que está en la antesala del purgatorio... ¿O quizá del infierno?



El día que Katerina Arlington cumple veintiún años, una explosión de alegría y excitación recorre todo el palacio del Duque de Rochester. Es la propia Katerina quien la produce, ya que no cabe en sí de gozo ante su inminente matrimonio. Es cierto que aún no tiene pretendiente, pero ella no duda de que en el baile de su presentación serán varios los jóvenes harán cola para estar con ella. Y ella podrá elegir entre todos los aspirantes al más apuesto y apropiado para ella. Un joven que le colmará de felicidad y cumplirá por fin su sueño más preciado: casarse.
Pero llega el día más deseado por ella y nada sale según lo previsto. Por el contrario, vuelve a palacio sin un solo pretendiente y con la autoestima por los suelos.
Pero Katerina no se rinde. Es la menos agraciada de las hermanas Arlington, pero comparte con el resto un fuerte carácter y la determinación de salirse con la suya. Aunque esto último suponga romper las reglas de la decencia...



India es la pequeña y más dulce de las hermanas Arlington. Sus hermanas mayores siempre han dado quebraderos de cabeza, así que ella, desde muy pequeña, se ha acostumbrado a ser autónoma y a pasar desapercibida. Y también a tener un espacio propio y privado para ella: la naturaleza.

Pasa la mayor parte de su vida al aire libre, sobre todo cuidando los animales, y quiere continuar haciendo lo mismo de por vida, ya que su objetivo es quedarse a vivir en su palacio natal, soltera, junto a su hermana Livia, para siempre.

Noah Whitewood, a sus veinticinco años, está viviendo la época de esplendor de su vida. Es uno de los jóvenes más atractivos de la alta sociedad londinense y no desperdicia ocasión para sacar partido de ese atractivo. Su día a día es una sucesión de fiestas y bailes, con alguna cacería al aire libre de vez en cuando.

Todos los sobresaltos que ha tenido en su vida han consentido en algunas escenas montadas por jovencitas despechadas y un par de borracheras mal llevadas. Pero un día, mientras está tomando parte en una cacería, tiene un desencuentro que está a punto de costarle la vida.

A partir de ese día, se obsesiona con volver a encontrar a “lady salvaje”, la joven que ha estado a punto de borrarle de la faz de la tierra.

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La vida de Livia Arlington, hija mayor del poderoso Duque de Rochester, ha dado un cambio profundo tras la boda de su hermana India.

Desde la muerte de su madre, cuando era una niña, se ha ocupado de sus seis hermanas pequeñas. Pero con el paso de los años, todas excepto ella se han casado. Comienza entonces una etapa de su vida aparentemente apacible y relajada: ya no tiene responsabilidades ni preocupaciones y, sobre todo, se ha quitado de encima la molesta presencia de Lord Ethan Atkinson, el agente secreto empleado de su padre, que ha estado vigilando a las hermanas Arlington desde que quedaron huérfanas.

Pero Lord Artkinson es todo un profesional y, aunque ya no es estrictamente su cometido, acuerda con el padre de Livia, y en contra de la voluntad de ella, ir una vez al mes por el palacio a comprobar que todo va como debe.
Así lo hace durante seis meses, durante los cuales Livia y Ethan Atkinson tienen unos encuentros cortos y bastante tensos, ya que nunca se han llevado bien. Pero en la visita del sexto mes, descubre que Livia ha desaparecido. Nadie sabe dónde está.
Entonces Lord Atkinson decide que no va a descansar hasta dar con su paradero.



Matthew Arlington, Duque de Rochester, y Alma O’Brien, una arrepentida rebelde irlandesa, trabajan para los servicios secretos de la Corona de Gran Bretaña. También llevan años siendo amantes esporádicos. En el trabajo encajan como un guante, en el sexo, también, pero fuera de ahí, su relación es nula... por no decir que es francamente mala.
En cualquier caso, para el Duque esto último no es un problema. De hecho, es casi una bendición, ya que desde que quedó viudo, años atrás, nunca se le ha pasado por la mente tener algo más que sexo con las mujeres. Con cualquiera. Y menos aún con esa pelirroja de la que nunca se ha terminado de fiar.
Sí, las cosas están perfectas para el Duque.
Sin embargo, justo en el momento que la vida le da un revés con la desaparición de su hija Livia, Alma empieza a comportarse de forma extraña. Y cuando Livia reaparece y parece que todo vuelve a la normalidad, Alma decide algo que el Duque no está dispuesto a aceptar.