Serie "El club de las solteras", Becca Devereux (rom)

¿Y si te dijeran que las apariencias engañan y el amor está donde menos te lo esperas?

Me llamo Lara, tengo veintiocho años y una alergia incurable al sexo contrario. A ver, quizá estoy exagerando... Pero si tienes en cuenta que soy la jefa de un montón de empleados que no me soportan, y en el pasado me rompieron el corazón... entenderás mejor a qué me refiero. Y que conste que no estoy resentida con los hombres, eh.
Por ejemplo, he decidido contratar a un motorista tatuado y muy atractivo que tiene pinta de haberse escapado de la cárcel. Y oye, encima el tío tiene el descaro de ponerme ojitos. ¡A mí, que soy su jefa! Definitivamente, los hombres y las mujeres provenimos de planetas diferentes. Y este tipo tiene aspecto de salirse siempre con la suya. ¡No me conoce en absoluto! Porque soy su jefa, porque no es mi tipo y porque cuando digo que no... es que no. A pesar de que me mire con esos ojazos azules capaces de derretir el hielo de mi corazón, o me dedique sonrisas arrebatadoras en los descansos del trabajo. ¡Será posible!



Una mujer desencantada con el amor y un vikingo gruñón conviviendo bajo el mismo techo. ¿Surgirá la chispa que podría cambiarlo todo?

Me llamo María y dejé de creer en los cuentos de princesas cuando me divorcié y mi hija se convirtió en una adolescente huraña. Pero todo no iban a ser penas. Mi mejor amiga me invita a unas vacaciones pagadas en Noruega y allí nos vamos a vivir la aventura. O la desventura. Porque de repente conozco a un vikingo atractivo y con muy malas pulgas. Y para colmo nos quedamos encerrados en su casa por culpa del temporal, ¿te lo puedes creer? ¿Sobreviviré bajo el mismo techo con un animal tan sexy como salvaje?

Me llamo Gunnar, me encanta la soledad y detesto las relaciones estables. ¿Algo más que me saque de mis casillas? Las turistas escandalosas que vienen a vivir una tórrida historia de amor con un vikingo. Como, por ejemplo, esa española llamada María que se empeña en sacarme de mis casillas y meterse en líos de los que tengo que salvarla. Con lo a gusto que estaba yo solo...



Lola está harta de los chicos malos. Quizá la respuesta esté en ese atractivo escritor con pinta de caballero por el que se siente tan atraída...

Me llamo Lola y el día que Dios repartió la buena suerte me dejó la última de la fila. ¿Crees que exagero? Agárrate que vienen curvas. Tengo un pésimo gusto para los hombres y siempre me rompen el corazón, estoy pasando por un bache económico (otro más), y un malentendido sin importancia me lanza a los brazos de El Señor Malas Pulgas.

Me llamo Diego y el día que Dios repartió la paciencia me pilló en otro sitio. ¿Qué si tengo mal genio? Sí, pero también soy un escritor de éxito y la paciencia está sobrevalorada. Para colmo, un problemilla con la justicia me obliga a soportar a la mujer más lunática que he conocido y por la que, contra todo pronóstico y pese a mi buen juicio, mi corazón se acelera vete a saber por qué. Yo la llamo la Señorita Problemas.

Lola y Diego no tienen nada en común. Pero cuando coincidan por azar del destino ¿podrán aparcar a un lado sus diferencias para conocerse mejor? ¿Y si al final resulta que no son tan diferentes como pensaban? ¿Será Diego el caballero que Lola andaba buscando?


Tres palabras: Alessandro “El italiano”
Una pregunta: ¿quién es en realidad?

Cristina necesitaba unas vacaciones con urgencia y por eso se fue a Capri con su mejor amiga. Lo último que esperaba encontrar era a él.Él.
El hombre más atractivo y misterioso que ha conocido en toda su vida.
¿Quién es Alessandro? ¿Por qué aparece y desaparece de su vida sin una mísera explicación? ¿Será un criminal? ¿Un capo de la mafia? ¿Por qué está empeñado en conquistarla?
Lo único que Cristina sabe es que no se parece en nada al resto de los hombres que ha conocido.
Seductor.
Arrogante.
Sexy.
No va a caer en sus redes, ¿o tal vez sí?




Me llamo Lina y soy una mujer con suerte. Tengo el trabajo de mis sueños y una agenda repleta de números de solteros a los que llamar cuando quiero pasármelo bien. Mi vida es perfecta y me encanta, hasta que me meto en un pequeño lío. La solución tiene nombre propio y una sonrisa encantadora: Raúl. Él se cree que es irresistible. Yo creo que es tonto.

Me llamo Raúl y no tengo una vida perfecta, pero sí una buena vida. Soy propietario de un bar y tengo la suficiente labia para amanecer cada mañana con una mujer diferente. Dicen que los polos opuestos se atraen, pero creo que de lo mío con Lina no puede salir nada bueno. A veces tengo ganas de besarla, y otras de matarla. Y cuando ambos nos metemos en un lío y la solución perfecta es fingir que somos pareja, cada vez soy menos capaz de separar la realidad de la ficción. ¿Por qué de repente tengo la impresión de que esta relación falsa podría ser lo que llevo toda la vida buscando? ¿Lograré convencerla de que, pese a nuestras diferencias, estamos hechos el uno para el otro?

Una comedia romántica, sexy e hilarante sobre dos personas que no sabían lo que estaban buscando… hasta que lo encontraron.