Serie "Mis días de adolescente" (MDDA), Andrea Herrera (rom)

Cloe vive la peor etapa de su vida... La ingenua adolescencia…

Nada le ilusionaba hasta que lo conoció a él… Así, por casualidad y sin esperarlo, apareció en su vida regalándole un like en una de sus fotos mal hechas en Instagram.

Con Erik vive su primer amor, ese amor inocente con el que tropieza día a día.

Cloe soñaba con enamorarse, pero nunca creyó que fuese tan difícil hasta que su mejor amiga le traiciona metiéndose en su camino.

Su pasado como chica invisible e ignorada en el instituto da un vuelco radical cuando cambia de centro y conoce a dos chicos muy diferentes que le harán ver que la vida tiene más colores que el arcoíris tradicional.

Por un lado Yezzy, ese amigo incondicional, fiel y sincero que todos deseamos tener; con él descubre que todo se puede lograr si lo intentas y que nunca debes abandonar tus sueños aunque sean inalcanzables. Y por otro lado Thiago, terriblemente guapo, pero el ser más prepotente e insoportable de la faz de la tierra; con él llorará de rabia, sufrirá con el alma y sentirá con el corazón.

Las almas gemelas existen y solo se encuentran cuando se cumplen las trece normas básicas fundamentales para enamorarse.

¿Quién tendrá su hilo rojo del destino?

Enamorarse es muy fácil, amar es otro nivel.



Caminar por el borde de un acantilado no es arriesgado, ¡si no tienes vértigo, claro! Creo que lo verdaderamente peligroso es lanzarte al vacío sin saber la profundidad del mar. Las inseguridades y el desconocimiento nos empujan a diario a tropezar con cada piedra de ese borde filoso y empinado que tambalea tus emociones y te motiva en ocasiones a tirarte de cabeza sin miedo a destrozarte.

Enamorarme me enseñó que resbalar no significa caer.
Y cuando conocí el amor aprendí que el destino es la consecuencia de nuestras terribles decisiones.
A pesar de que éramos perfectos, quizás no era nuestro momento. ¿O sí? Quién sabe…
Fuimos cuatro vidas que nos cruzamos por casualidad, luchando por un destino juntos. Y aunque el nuestro ya estaba escrito, tal vez algún día, lo pueda reescribir...


Pasaron demasiados atardeceres y lloré mil lunas preguntándome el porqué.
¿Por qué me perdí de vivir estos años contigo?
¿Por qué me regalaste los mejores y peores días de mi vida?
Te comparé con cada ser que se me acercaba y aunque lo intenté con todas mis fuerzas en ninguno te encontré. En ninguno conseguí tu mirada, esos ojos que me enamoraron la primera vez que te vi, esa sonrisa perfecta y ladeada que me daba la vida cuando me la dedicabas, esas manos que me enseñaron a quererme y aprender los placeres que merecía como mujer.
No puedo olvidarte. Lo siento. Eso no me lo enseñaste. Y duele.
Duele seguir sin la esperanza de que algún día regreses porque te has tatuado tan profundamente en mi alma que nunca te podré olvidar.

Y en esa magia que para mí fue solo un sueño, siempre seremos eternos.