Herny Kamen

Os paso este articulo que me acabo de leer. Mira que me fastidia darle la razon, pero la tiene. Juan de Lezo, es lo que comentabamos el otro dia, nos merecemos nuestra leyenda negra al final.

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/12/03/cultura/1291379566.html

:-(

Fíjate tú que hasta un inglés se da cuenta de eso. Osomax ha escrito un comentario acertadísimo en el gazapo de BB al respecto.

A España la han invadido cartagineses, romanos, godos, moros, franceses… se han llevado oro, plata, cien metales, aceite… hasta nuestras setas (que se lo digan a Claudio). Nos han masacrado y hemos sido víctimas de genocidios enormes (que se lo digan a nuestra gente del norte en las Guerras cántabras). Pues callados porque una vez fuimos un imperio que conquistó al uso. Hasta nosotros mismos nos creemos la leyenda negra de “La Inquisición Española”, je, España junto con Portugal e Italia fueron los países donde menos se quemó a gente. Que me demuestre alguien que en España se quemaron a más de 80 personas, frente a las decenas de miles de Alemania, Inglaterra y ¡Suiza!.

Tienen que venir los yanquis para hacer una super-producción del Cid, Orson Welles impone su visión del Quijote… y agradecidos.

Qué país. Pero no lo cambio, ojo.

Por despiste puse este post nuevo antes de leer lo de Osomax, tenia que haber añadido ahi el articulo de este hombre. Me puede el ansia y antes de leer pongo cosas... ays estos nervios!!

Y lo peor de todo es q no aprendemos de nuestros errores. Mira q algun escritor podia sacar del filon de historia que tenemos novelas, pero no. Y lo mismo digo de los q se dedican al cine.

Me pasa lo que a ti Juan, no cambiaria de pais por ningun otro. Pero puñetas, podiamos aprender de una vez y sentirnos orgullosos de ser españoles y no solo cuando jugamos sal futbol. Yo cuando veo a gente con esos jerseys de cuello alto, que se han llevado tanto, con la bandera de EEUU, me ponen enferma, puestos, pq no se ponen la bandera de aqui!!

En fin, no me voy a quemar... no merece la pena.

Jajajaja… Pues añade el comentario de Osomax al de Kamen porque está a su altura y es incluso mejor.

Bueno, lo primero que hay que hacer para solucionar un problema es ser consciente de él: hola, me llamo Juan de Lezo y soy alcohólico… ¡Y que viva el Rioja!

Un buen Ministerio de Cultura debería encargarse de todo eso, pero está más obsesionado con aplacar la ira de los autores.

Sabe Don Juan que pone el dedo en la llaga cuando comenta que hasta nosotros mismos parece como si nos creyéramos dicha famosa “leyenda negra”.

Porque si la nuestra es “negra”… ¿de qué color es la de otros que han participado en la Historia con su propio papel?

Las “leyendas” y las consecuencias reales de los hechos históricos son dos cosas completamente diferentes. Las primeras pueden ser engendradas por determinados poderes dominantes y responder cualesquiera intereses del que las inventa. Pero las realidades quedan patentes en las gentes y trascienden más allá de las generaciones; se convierten en parte del sentir y del elenco cultural, como suma de las experiencias acumuladas, de las personas que existen en cada momento.

Si uno tiene el privilegio y el gusto de viajar e interesarse por aquéllos que tuvieron que encarar y sufrir el dominio imperial de España, o simplemente se tuvo constancia de gente procedente de este país, como viajeros, aventureros, “buscavidas” o simples almas errantes en busca de “algo” (por cierto, cuestión muy vernácula ésta), no se descubre odio ni resentimiento en las gentes. Se puede oír un compendio de frases que reflejen algo como… “cometisteis muchos errores, muchas injusticias, abusasteis de vuestro poder, impusisteis reglas y creencias de forma arbitraria, provocasteis la muerte de mucha gente, ya por guerras, ya por enfermedades, ya por hambre, ya por cualquier hecho derivado de una dominación injusta”.

Sí señor. Eso ocurrió, no tanto como algunos gustaran de predicar, pero ocurrió, sin duda.

Pero..¿hubo políticas de exterminio preconcebidas desde el poder político que tuvieran calado en la población para practicarlas? Jamás hubo tal cosa. ¿Hubo “leyendas negras” que coincidieran con realidades que implicaban ansias de sangre incontrolada y barbarie gratuita? Jamás hubo tal cosa.

Y no hubo tales cosas, no porque el poder quisiera excluirlas, si así hubiera sido conveniente, sino porque las gentes no poseían esa visión del mundo, y mucho menos una práctica del “ideal superior” que lo permitiera a costa de otros. De hecho, el único “ideal superior” que se permitieron practicar y exportar fue el de la “religión y fe verdadera”, aunque ello supusiera el martirio de muchos cuerpos para “beneficio” de las almas. Error, error sobre el que hemos hecho continua penitencia. Especialmente porque tampoco fuimos practicantes muy “convencidos”.

Ahora bien, pregúntesele a los que sufrieron las ocupaciones anglosajonas o germánicas de qué color son sus “leyendas”, y cuál es el tono de sus “realidades”. Pregúnteseles si es o no cierto que frases como “Nuestra misión es hacer del Mundo Inglaterra” fueron la creencia general de poderosos y súbditos, y que a través de semejante pretexto se cometieron genocidios completos que aún HOY impiden a los ciudadanos de esos países visitar sin cierto temor lugares en los que viven descendientes de esas “políticas”. Pregúntesele a los habitantes de América, o del Pacífico, o de donde sea, si España alumbró virreyes como los de la India, que “graciosamente” condenaban premeditadamente a la hambruna y a la muerte a sus “súbditos inferiores”.

Pregúnteseles si es o no cierto que el odio actual de muchos proviene de los vientos sembrados y convertidos en tormentas.

Nosotros o, si se quiere, nuestros antepasados, NO sembramos ese tipo de odio. No forjamos ni esa leyenda, ni esa realidad. No convertimos la ambición desmedida y las ganas de aventura y progreso económico en asesinato ritual y sistemático de los “inferiores”.

Entonces…¿por qué nos estamos haciendo esto? ¿por qué estamos permitiendo que otros manipulen y mientan?

Poseemos, como pueblo, como nación resultado del denominador común que la Historia nos ha concedido, un legado cultural impresionante. Multitud de personas que HOY permanecen en el anonimato y en el olvido fueron más dignas de renombre, mérito y reconocimiento que varios que hoy se mencionan como seres “trascendentes e importantes”. Las gentes de nuestro país conocen mejor a Sir Francis Drake, un pirata, un corsario, un asesino de profesión, que a cualquiera de esa multitud de anónimos que eran valientes, dignos y muy interesantes de conocer y divulgar.

Entonces, ¿por qué llevamos 100 años haciéndonos esto a nosotros mismos? ¿en qué cabeza cabe que un instrumento de comunicación, un lenguaje, una muestra de cultura y conocimiento se convierta en arma entre nuestro propio pueblo? ¿por qué nos regodeamos con las supuestas diferencias que tenemos en vez de conocer aquéllo que siempre fue elenco común a todos?

Porque, curiosamente, esto es exactamente lo que suelen hacer los españoles que viven y trabajan fuera de su país, independientemente de su localidad de procedencia.

Y..¿ no os parece curioso? Si otros, no españoles, nos preguntaran de dónde querríamos ser ¿acaso alguno de nosotros querría ser de país y lugar diferente?

Chicos, voy siguiendo vuestros post como un perro de presa, jajajaja. Me encanta como escribis y los que escribis y casi siempre coincido con vuestras opiniones.

Akasha, Juan y oxomas, sois un valor importante, me alegra que compartáis vuestro tiempo y vuestras reflexiones con nosotros. Ahí va una repu para cada uno como muestra de mi admiración.

Cuanta razón tienes Osomax, fijate que fuimos conquistadores que nos unimos con los indígenas y no lo ocultamos. Los americanos no solo lo hacían y lo ocultaban, sino que llegan hacer cosa totalmente inexplicables, como el Día de Acción de Gracias. Yo cuando me entere, me quede "pasmá". Celebran que los primeros colonizadores, en un invierno durísimo que creían que no iban a superar (hambre, frió, enfermedades) sobrevivieron gracias a los indígenas de la zona, que fueron quienes les dieron comida y les ayudaron a salir adelante. A los mismo que aniquilaron después. No dejaron ni uno. Eso es agradecimiento!!!!! Por no hablar que a sus indios, aquellos a los que quitaron sus tierras y metieron en reservas, para quitárselos de en medio, les daban ropa infectada con ... creo recordar que era viruela.
Nos tienen que querer por narices, somos totalmente diferentes, no solo nos mezclamos con ellos, es que si les pegamos enfermedades, fue por desconocimiento, no por ensañarnos con ellos.
Y yo de ésto me entere por que lo estudie el año pasado, o sea, de milagro, que no es algo con lo que te topes sin mas, los americanos ésto no lo cuentan.

Lo que me pregunto es por que no podemos sentirnos orgullosos de quienes somos, esa especie de vergüenza nacional que hay, que solo se supera por un balón de fútbol (oe oe oe Del Bosque, del Bosque y nadie mas!!! ... es que la tierra tira jajajaja), por que no un termino medio entre "sentirse superior" y olvidarnos de nuestros hombres/mujeres ilustres. Cómo hacer que la gente los conozca, se sienta orgulloso de ellos, y con razones mas fundadas, que las que tienen los ingleses tiene por su pirata Drake. Eso me reconcome las entrañas!!! Fíjate que tenemos gente que escribe y hace grandes novelas, pero no habla de personajes reales y le dedica su obra, el prepotente de Reverte hace un Alatriste, se lo inventa... ¿por qué no dedicar una obra a Blas de Lezo? (si, ya se que soy cansina con este hombre, pero es que sigo alucinando que nadie conozca su historia). Ni siquiera tiene un solo libro dedicado a su biografía, hay pequeños retazos de su vida en pequeños libros (la ultima vez que mire por Internet, eran tres).
Vosotros creéis que esto tiene solución?

Por cierto BB muchas gracias, pero ya quisiera yo estar a la altura de este "par de dos" que son Juan y Osomax, y no es por humildad, es sinceridad, los tíos controlan... pero tela!!!!

Sigo con mucho interes vuestras explicaciones al artículo de Kamen que, desde aquí, propongo como obra para debatir si lo considerais pertinente. Si alguno de nuestros administradores lo considera adecuado podemos hacer una "conjunta" y aquel que lo sepa maquetar que se lo quede como recuerdo.
Pienso que tenemos muchos heroes que establecen acciones dignas de encomio pero que no son reonocidas por razones que ignoro. Y me refiero a personas que realizan acciones extraordinarias con el único porpósito de hacer valer la dignidad que, somo seres humanos, debemos proteger, cuidar y ensalzar. Recuerdo vagamente - escribo en mitad de ninguna parte- aquel pesquero español que recogió a un montón de inmigrantes y al que le fue negada la entrada en Malta (creo recordar) y acabó compartiendo comida, agua, espacio y desventuras con otros seres humanos. Hombres de mar que hicieron lo que tenían que hacer: salvar a los naufragos. Dicha acción fue postulada -creo recordar- para el Premio Principe de Asturias. Ni decir tiene que no se lo dieron. ¿Por qué? Esa es la pregunta que probablemente Kamen quiera responder en su ensayo.
En cuanto a los contactos culturales que hacen de los imperios protagonistas de la historia, todos han sido extremadamente cruentos. Es bien sabido que los norteamericanos todavía hacen gala de lo que les costó la isla de Manhattan (prueba del comercio con las naciones indias) y de que sus "naciones indias" son las que han podido optar a una mayor participación en la gestión de la riqueza de sus áreas naturales. No en balde es el apoyo legal y logistico de estos grupos indigenas norteamericanos lo que permite a otros grupos indigenas en suramerica plantear batallas juridicas a petroleras (Repsol, entre ellas) que explotan yacimientos y hacen prospecciones sin tener su consentimiento, algo absolutamente imprescindible, al parecer. Pero estos actos se dilucidan en cortes norteamericanas y canadienses que es donde están los heroes en estos momentos- en el contexto de las naciones indias y de la lucha contra la explotación-. Son ciudadanos americanos del Norte y del Sur a los que, me temo, la figura de los heroes que propone Kamen no sólo no les dice nada sino que ni siquiera les motiva y eso a pesar de que alguno de ellos "dominó" aquellas regiones...

Akasha y BB, me sacáis los colores. Yo sólo soy un aficionado a la Historia desde pequeño y claro, algo queda a los años… bastantes para mi gusto. Cuarenta y seis primaveras he gastado de todas de las que la Naturaleza haya estimado oportuno darme; que espero que sean otras tantas porque si no es así mañana me meto a pirómano, jojojo.

Veréis, yo creo que el sentimiento de culpabilidad que tenemos cuando recordamos barbaridades de nuestro pasado –Joder, fimos un gran imperio pero pobre gente que machacamos la cabeza para mayor gloria de España, el rey y de Dios – no es en sí débil de personalidad, más por el contrario habla de un sentimiento que parece que otros desconocen y que habla bien de nosotros y de lo noble que debería existir en el ser humano. Si hablamos de Historia hay que tener frialdad y objetividad: los hechos están ahí y no vamos a cambiarlos por muchos calamonazos que nos demos contra la cabeza de un inglés, a ser posible. Vamos a sentirnos orgullosos de las gestas de nuestros ancestros, vamos a condenar la violencia porque la Historia nos demostrado que lo mejor es la tolerancia y vamos a pensar que nosotros hicimos lo mismo que cualquier otro imperio imperial (Maya, Azteca, Inca, Babilónico, Asirio, Romano, gabacho, inglés…) solo que con más cojones, ovarios y respeto… y cabezonería, por qué no: me imagino la cara que puso el enorme Pedro Alvarado cuando delante de sus narices iban a sacrificar unos apuestos jóvenes al dios Toxcalt por el sutil método de rajarlos, arrancarles el corazón, cortarles la cabeza y tirarla escaleras pabajo de un certero chupinazo, jojojo, mientras que Cortés iba a decirle un recadillo a un pánfilo llamado Pánfilo de Narváez en Veracruz. Seguramente Alvarado pensó que el dios Baal había hecho las maletas y se había largado de Europa al no encontrar pardillos que le sacrificaran niños, como Salomón y al final Cartago, para encontrar a los americanos y mostrarse como el dios sangriento que en Europa, África y Asia tuvo taaaantos adeptos.

Y ya que estoy embalao, voy a clavar una pica en Flandes.
Para un ateo como yo y con ataques esporádicos panteístas es difícil defender a una mierda tan grande como la “Temiiiible Inquisición Española”, pero bueno, es mejor una mierda grande en mano que varios montones de mierda enooormes volando sobre tu país, y más concretamente sobre tu cabeza, que es lo peor para el individuo personal, jeje.
¿A quién se le ocurre la maravillosa idea de crear la Inquisición? Pues como no: a un Papa al Inocencio no sé cuantos, III creo. ¿En dónde? ¡Ah! En la bella Francia. ¿Pa qué pollas? Pa joder a los “Hombres Puros”, a los cátaros. ¿…? Coño, pensaban que esta vida era un infierno y que para reencarnarse en un estado superior había que permanecer puro y libre de tentaciones en este estado del Alma amarrá al cuerpo, así conseguían llegar a Dios mediante una transición de pureza terrenal. Cosas peores se han visto. ¿Y cómo terminó todo? Pues a sangre y muuucho fuego, para qué vamos a entrar en detalles: el exterminio de los cátaros y la muerte de un rey español. ¡Queeee! ¿La muerte de un rey español? ¿Quién? ¿Era cátaro? ¡Qué iba a ser cátaro ni cántaro! Tenía intereses territoriales en el sur de Francia e intuía el interés del norte gabacho por hacerse del sur gabacho, un lío. Se llamaba Pedro II de Aragón. ¿Comoooo? El padre de Jaime primero el Conquistador? ¿Uno de los tres reyes héroes en la batalla de Las Navas de Tolosa? ¿La “Carga de los Tres Reyes”? ¿Dónde se plantó cojones a los ortodoxos musulmanes capa-mujeres, mala copia de de un musulmán como Alá manda, tipo Omeya? Ese, ese. Murió defendiendo teóricamente a los cátaros en la batalla de Muret a manos de la tropa comandada por un animal francés llamado Simón de Montfort en el año de Gracia de nuestro señor de 1213. Vale, vale… vamos a ver… ¿Qué coño tiene eso que ver con la desgracia de nuestra Inquisición instaurada mucho más tarde?
Esos son los orígenes de la Inquisición: invento francés vía papal. Que no la inventamos nosotros por si alguno lo duda. Cuando los Reyes Católicos tras una pequeña guerra civil particular castellana con una tal Juana y sus partidarios que eran los que daban la cara en el capo de batalla, como siempre, la ganan y se dedican en cuerpo y alma al finiquito de la presencia mora en la península. Pues bien, yo creo que cuando Boabdil se largó de la Alhambra e Isabel y Fernando o Fernando e Isabel, tanto monta, se sentaron, se miraron y dijeron: Coooño, por fin . Miiiiiles de años desangrándonos en la península, que si los celtas, que si los, cartagineses, que si los romanos, que si los moros… ¡Ya está bien! A unificar España como nación grande y libre y no cien pequeñas y belicosas. Un ideal, un Dios y palante. Como en el resto de Europa lo que mola ahora es la Inqui pues vamos a poner nosotros también una a nuestro modo y sin dejar que el Papa de turno nos coloque a su pelotas particular. Nosotros nombraremos a nuestro Inquisidor General que estará directamente vinculado a nosotros, dará cuentas primero y en exclusiva de sus actos a la Corona y no se dejará influenciar por el Papa. Como somos los “Reyes Católios”, título oficial vía papal, nadie osará tener un reino particular en nuestra península so pena de ir contra nosotros y contra Dios que así ha estimado oportuno que seamos reyes, jejeeeje, porque si no, le mandamos a la Inqui con su inquina hacia lo hereje y lo mandamos con Satanás vía fuego purificador.

Así se creó la “Temible, pavorosa y asesina cruel Inquisición a lo Español” os lo creáis o no. Que en España no llegó de por mucho a cien quemados en Autos de Fe. Que el más sonado fue el de Logroño con once muertos, creo. Que los franceses, sólo con los cátaros, fueron miles y que a varios cientos los quemaron a la vez en un cercado lleno de leña tras la caída de Montsegur. Que después en la bella Galia fueron 4000 los achicharrados en Autos de Fe. Que hasta hace bien poco se creía que en Alemania rondaban los 150000 muertos y que hoy, y con más criterio la cifra se reduce a los ¡25000! (su primer genocidio). Que en el país donde a más pobrecitos se les ha achicharrado con respecto a su población fue lo que hoy es la civilizada Suiza con algo más de 4000. Polonia 12000… Portugal 5, Italia 40, España 60 ¡¡¡Ole!!! Viva el sur de Europa.
E Inglaterra, cómo no. Esos bebe-tes amantes de los animales, civilizados piratas oportunistas, mezquinos, cobardes de cien batallas a pie...esclavistas en el grado máximo, genocidas en los cinco continentes. Esos. Je, esos se inventaron el oficio de “punzador”: los punzadores eran unos tíos que armados con un punzón iban por Inglaterra punzando mujeres. Si la mujer sangraba estaba claro que no era bruja, en principio, pero se hacían de falsos punzones de aguja retráctil que no infería herida alguna a la asustada mujer que pasaba directamente a la hoguera. ¿Por qué hacían eso los punzadores? Pues porque cobraban por bruja descubierta, tócate los cojones. Parece que la cifra “oficial” en ese país asciende a las 2000 víctimas achicharrás pero conociendo a esa raza pirata y cómo esconde sus miserias la cifra puede ser de genocidio basto.

Así tenemos a Europa quemando brujas a destajo mientras que en España no se quemaba prácticamente a nadie en comparación. ¿Por qué? Pues por el hecho de estar la Puta Inquisición sometida a la corona española y no a la aureola de santidad vaticana comandada siempre por un Papa inepto y sanguinario. Que hubo cientos de miles de interrogatorios en España, sí, y raro era salir de allí sin un par de hostias como poco. Que muchos purgaron penas en galeras por soltar cuatro blasfemias y que muchos más lucían sambenitos indicando durante años a sus vecinos alguna falta a la Fe. Y que también es cierto que los interrogadores aplicaban terribles torturas a veces. Pero en la inmensa mayoría de los interrogatorios se sabía de la imbecilidad parroquiana y se era consciente de su imaginación a la hora de interpretar un suceso. También se era consciente de la treta de acusar a un deudor y la más de las veces salía castigado el acusador con pena de injuria.

Lo más repugnante de todo este genocidio inquisicional es sin duda que de la enorme cifra de muertos asesinados pos tortura, la inmensa mayoría eran mujeres. Caro pagasteis el haber dado el primer mordisco a la puta manzana, a fe mía.

Como España era una potencia enorme, y el imperio de turno por aquel entonces, sólo se le podía atacar con difamaciones cobardes que ayudaban a esconder las miserias particulares. Siglos de injurias han salpicado nuestra historia: desde Flandes con ardor y aplaudidos e inspirados por ingleses las difamaciones eran rocambolescas como poco. Los protestantes alemanes, luteranos ardidos que quemaban a mansalva lanzaban flemas contra el Imperio. Disidentes como Antonio Pérez, ex secretario de Felipe II, inventaban mil historias aberrantes para medrar en las cortes europeas. Casiodoro de Reina y Cipriano Varela, los de la famosa Biblia Reina y Valera, huidos de la Inquisición española chismorreaban en el exilio sobre los “excesos” españoles. A esos dos si los pilla nuestra Inquisición sí que hacen una barbacoa con ellos. Más tarde afrancesados echaban pestes para ganarse la palmadita gabacha, je, Leandro de Moratín tenía el hombro morado de palmaditas francesas…

En fin, la propaganda de siglos promovida además por los que al final ganaron, ha hecho que poca gente esté bien informada de lo que realmente pasó y, este país nuestro con la incompetencia característica de los últimos siglos a nivel de gobierno hizo el resto. Patético.

BB escribió:Chicos, voy siguiendo vuestros post como un perro de presa, jajajaja. Me encanta como escribis y los que escribis y casi siempre coincido con vuestras opiniones.

Akasha, Juan y oxomas, sois un valor importante, me alegra que compartáis vuestro tiempo y vuestras reflexiones con nosotros. Ahí va una repu para cada uno como muestra de mi admiración.

Gracias a todos vosotros por la muy buena compañía de la que se disfruta en este foro..

Estoy "afinando" el pc y en cuanto puedo, me meto aquí para ver que me contáis, estoy enganchada, ya verás tu como tengo que ir a una cura de desintoxicación . Hace poco me enteré que la inquisición fuera de España había matado más, y francamente, he vivido engañada toda la vida. Por que lo que nos han vendido siempre es que la inquisición española había sido peor que los nacis. Por qué luego no hay nadie que haya escrito sobre el tema, para desmentir rumores y contar la verdad como fue?

En fin, es lo de siempre. Con vuestro permiso, voy hacer un paréntesis de tanto pegarme con el pc, y me voy a comer un solomillo al roquefort que tengo en el horno, que creo que ya esta!!!

Antes de nada, agradecer a Juan su post, en especial la puntualización que hace sobre la continua tergiversación que se ha hecho sobre el papel de la Inquisición española e, incidentalmente, como un personaje al estilo de Torquemada ha adquirido renombre universal, a despecho de otros mucho más dignos y trascendentes cuya existencia ni siquiera se conoce tanto por propios como por extraños.

Si os fijáis, en unos pocos posts se han abierto por diversas personas varios temas de debate, ninguno de ellos fácil ni pacífico.

Creo que en lo que sí podemos coincidir sin mayor problema es que la historia de España, en particular a partir de su “unificación” por parte de los Reyes Católicos, y el papel desempeñado por multitud de sus súbditos primero, ciudadanos después, ha sido reiterado objeto de manipulación, tergiversación maliciosa, desidia imperdonable y, en no pocos casos, mentiras escandalosas a lo largo de un proceso que viene alumbrándose desde el siglo XX en adelante.

No son pocos los sucesos y aconteceres en relación estos temas en que se cumple la máxima de Joseph Göbbels: “Una mentira mil veces repetida....se transforma en verdad”.

Es el caso que como todo acierto ha expuesto Juan respecto al papel y protagonismo de la Inquisición española.

Pero..¿por qué se ha llegado a esto? ¿qué ha pasado para que un país en cuyos dominios “no se ponía el sol” se convirtiera en una nación sobre la cual cualquier abrazafarolas pudiera escribir, filmar o aseverar disparates que, además, eran objetivamente fáciles de contrarrestar con fundamento?

Pues han pasado muchas cosas, y ninguna de ellas buena. En todo caso, pueden reconducirse a dos grandes grupos:

- La debacle interna. No es cuestión aquí, por supuesto, de hacer un análisis pormenorizado de historia política de España, pero lo cierto es que hay un premio al que este país acudiría en posición privilegiada; el del gobierno y las políticas inadecuadas respecto a sus súbditos y ciudadanos. No es que otros países lo hayan tenido que hacer mucho mejor, pero llegado un momento, ha sido patente para todos ellos, con especial mención de sus monarcas y políticos, la necesidad de una “reconducción” respecto a los métodos y objetivos. En España esto ha brillado por su ausencia, y uno de los conceptos que más ampliamente se han utilizado para estructurar el poder político y social es la idea de “privilegio”. Fueros y privilegios no han faltado. Y el problema tradicional del privilegio es que, en cada momento histórico, los “no privilegiados” se siente agraviados, marginados y perseguidos. Este sistema parece haberse “enquistado” en el ideario español, y ni siquiera la dictadura de Franco fue ajeno a él.

¿Consecuencia de todo ello? Un país en potencial fractura continua donde cada cual, con mayor o menor fundamento, encuentra razones sobradas para sacar los viejos y nuevos agravios a la luz. Tan es así, que la sofística dialéctica de los políticos HOY en día sigue recogiendo, exactamente, los pilares básicos del concepto: Hay que reivindicar los privilegios y hacer patentes los agravios sufridos.

Ni siquiera los que intentan maquillar la dinámica de reivindicaciones históricas hablando de la “diversidad” pueden ocultar que, realmente, hacen mención del privilegio como fundamento último de sus argumentos. Y no es, para nada, que dicho concepto de diversidad sea erróneo o inadecuado. Por supuesto que es correcto. El problema es que se “olvida” decir que para que haya “diversidad”, es necesario partir, forzosamente, de una identidad común. Es decir, a modo de ejemplo, los seres humanos somos “diversos” en nuestra apariencia, costumbres, etnias y colores, pero esta diversidad existe porque todos compartimos la identidad común de seres humanos. En otro caso, hablaríamos de “diferencias”, no de “diversidades”.

El caso es que la cuestión de la “identidad común” escuece como las ortigas. En particular, porque, cómo no, dicho concepto ha sido utilizado y manipulado por todo político absolutista y dictatorial que este país ha parido, con los fines más patéticos, lamentables y catastróficos que puedan idearse: oprimir a los ciudadanos y negarles sus derechos a la individualidad y el progreso en conjunción con los demás ciudadanos que comparten esa identidad histórica, política y social común.

De ahí que sea frecuente en España que toda alusión a la consagración de la identidad que históricamente nos une sea, o pretenda ser, asociada con sospechosos movimientos o ideologías extremistas y de contenido claramente dictatorial, cosa que se agrava bastante porque dichas ideologías confesas dicen ser los adalides de dicha identidad nacional, lo que –por supuesto- es una obscenidad, particularmente para los españoles teniendo en cuenta las experiencias que se han padecido en este sentido.

Si a ello le sumamos cierta tendencia vernácula al adagio consistente en “o estás conmigo, o estás contra mí”, no es difícil entender por qué es tan sencillo que cualquier discusión que pueda tenerse a cualquier nivel pueda ser objeto de “alineamiento”. Es decir, si tú no opinas como yo es porque perteneces a la ideología contraria y, por ende, eres mi enemigo.

¿Alguien puede sorprenderse que con una situación así, nadie tenga realmente interés en reivindicar la verdad histórica del país, de sus figuras trascendentes, de su influencia nacional e internacional, de quién fue qué y por qué, en qué contexto ocurrió y quién lleva mintiendo descaradamente al respecto con el fin de pretender lo que no es?

Éste es el “río revuelto”.
Ahora viene la “ganancia de pescadores”:

- Por decirlo brevemente y utilizando cierta dialéctica marxista: El que controla los medios de comunicación, difusión, distribución y entretenimiento lo hace porque controla los flujos económicos, y el que controla la economía, controla el mundo.
Nuestros amigos anglosajones saben esto desde principios del siglo XX. Nuestros amigos germanos también lo sabían y, mientras pudieron, lo llevaron a la práctica con su habitual eficiencia.

En este planeta se sabe quién fue la “heroica” Isabel I de Inglaterra y el “gracioso” Enrique VIII no por ser quienes realmente fueron, sino porque el conocimiento de lo que se quiere contar de ellos (raramente cierto) se pone a disposición de la población en forma de entretenimiento. Y si esto se hace, además, acompañado de otras “gracias” (por ejemplo, dibujar a Felipe II como un payaso subnormal), pues mejor que mejor.

En este planeta, aunque sean pocos los que dicen confraternizar con los norteamericanos, lo cierto es que prácticamente cualquiera conoce a sus héroes y personajes legendarios. Da lo mismo que sea el General Lee o el General Sherman, y que realmente no se pudieran ver ni en pintura, el caso es que ambos son héroes. Da igual cuáles fueran sus supuestos méritos o deméritos. Lo importante es lo que se cuenta sobre ellos.

Da exactamente igual que Enrique VIII fuera un auténtico desastre como estadista, como rey y como persona. El caso es que si sus “excéntricas hazañas” de cortar la cabeza de sus esposas es “interesante”, el resto de lo que se cuente sobre él también lo será, no importa cuántas patrañas se añadan.

Los anglosajones entienden el mundo como un inmenso mercado, en el que todo se compra y se vende. Esto es un hecho obvio que todos conocemos bien. Los héroes, la historia y la PROPAGANDA también son bienes de consumo, también se compran y se venden, no porque tengan que ser ciertos, sino porque deben cumplir una función: respaldar la hegemonía de aquéllos que reclaman sus privilegios respecto a su posición dominante, es decir, respecto a la economía y sus propio progreso a costa de los demás.

España no entendió nunca esto. Ni lo entendió cuando era imperio, ni lo entiende ahora tampoco.