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La cena del miedo

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Mensaje  Invitado Miér Ene 12, 2011 12:23 pm

Me acabo de encontrar con este texto/noticia, es un poquito largo, pero a mi me ha parecido muy interesante. Espero que no os resulte pesado por su extension.

***********************
[Amador Fernández-Savater, coeditor de Acuarela Libros, fue invitado (por azar, por error o por alguna razón desconocida) a una reunión con la ministra de Cultura y otras figuras relevantes de la industria cultural española para hablar sobre la Ley Sinde, el tema de las ***********, etc. En este texto cuenta lo que vivió, lo que escuchó y lo que ha pensado desde entonces. Su conclusión es simple: es el miedo quien gobierna, el miedo conservador a la crisis de los modelos dominantes, el miedo reactivo a la gente (sobre todo a la gente joven), el miedo a la rebelión de los públicos, a la Red y al futuro desconocido.]

La semana pasada recibí una llamada del Ministerio de Cultura. Se me invitaba a una reunión-cena el viernes 7 con la ministra y otras personas del mundo de la cultura. Al parecer, la reunión era una más en una serie de contactos que el Ministerio está buscando ahora para pulsar la opinión en el sector sobre el tema de las ***********, la tristemente célebre Ley Sinde, etc. Acepté, pensando que igual después de la bofetada que se había llevado la ley en el Congreso (y la calle y la Red) se estaban abriendo preguntas, replanteándose cosas. Y que tal vez yo podía aportar algo ahí como pequeño editor que publica habitualmente con licencias Creative Commons y como alguien implicado desde hace años en los movimientos copyleft/cultura libre.

El mismo día de la reunión-cena conocí el nombre del resto de invitados: Álex de la Iglesia, Soledad Giménez, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Alberto García Álix, Ouka Leele, Luis Gordillo, Juan Diego Botto, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez (relacionado con el ámbito de los vídeo-juegos), Cristina García Rodero y al menos dos personas más cuyos nombres no recuerdo ahora (perdón). ¡Vaya sorpresa! De pronto me sentí descolocado, como fuera de lugar. En primer lugar, porque yo no ocupo en el mundo de la edición un lugar ni siquiera remotamente comparable al de Álex de la Iglesia en el ámbito del cine o Muñoz Molina en el de la literatura. Y luego, porque tuve la intuición de que los invitados compartían más o menos una misma visión sobre el problema que nos reunía. En concreto, imaginaba (correctamente) que sería el único que no veía con buenos ojos la Ley Sinde y que no se sintió muy triste cuando fue rechazada en el Congreso (más bien lo contrario). De pronto me asaltaron las preguntas: ¿qué pintaba yo ahí? ¿En calidad de qué se me invitaba, qué se esperaba de mi? ¿Se conocía mi vinculación a los movimientos copyleft/cultura libre? ¿Qué podíamos discutir razonablemente tantas personas en medio de una cena? ¿Cuál era el objetivo de todo esto?

Con todas esas preguntas bailando en mi cabeza, acudí a la reunión. Y ahora he decidido contar mis impresiones. Por un lado, porque me gustaría compartir la preocupación que me generó lo que escuché aquella noche. Me preocupa que quien tiene que legislar sobre la Red la conozca tan mal. Me preocupa que sea el miedo quien está tratando de organizar nuestra percepción de la realidad y quien está tomando las decisiones gubernamentales. Me preocupa esa combinación de ignorancia y miedo, porque de ahí sólo puede resultar una cosa: el recurso a la fuerza, la represión y el castigo. No son los ingredientes básicos de la sociedad en la que yo quiero vivir.

Por otro lado, querría tratar de explicar lo que pienso algo mejor que el viernes. Porque confieso desde ahora que no hice un papel demasiado brillante que digamos. Lo que escuchaba me sublevó hasta tal punto que de pronto me descubrí discutiendo de mala manera con quince personas a la vez (quince contra uno, mierda para...). Y cuando uno ataca y se defiende olvida los matices, los posibles puntos en común con el otro y las dudas que tiene. De hecho me acaloré tanto que la persona que tenía al lado me pidió que me tranquilizara porque le estaba subiendo la tensión (!). Tengo un amigo que dice: “no te arrepientas de tus prontos, pero vuelve sobre los problemas”. Así que aquí estoy también para eso.

Quizá haya por ahí algún morboso preguntándose qué nos dieron para cenar. Yo se lo cuento, no hay problema, es muy sencillo. Fue plato único: miedo. El miedo lo impregnaba todo. Miedo al presente, miedo al porvenir, miedo a la gente (sobre todo a la gente joven), miedo a la rebelión de los públicos, miedo a la Red. Siento decir que no percibí ninguna voluntad de cambiar el rumbo, de mirar a otros sitios, de escuchar o imaginar alternativas que no pasen simplemente por insistir con la Ley Sinde o similares. Sólo palpé ese miedo reactivo que paraliza la imaginación (política pero no sólo) para abrir y empujar otros futuros. Ese miedo que lleva aparejado un conservadurismo feroz que se aferra a lo que hay como si fuera lo único que puede haber. Un miedo que ve enemigos, amenazas y traidores por todas partes.

Quien repase la lista de invitados concluirá enseguida que se trata del miedo a la crisis irreversible de un modelo cultural y de negocio en el que “el ganador se lo lleva todo” y los demás poco o nada. Pero no nos lo pongamos demasiado fácil y pensemos generosamente que el miedo que circulaba en la cena no sólo expresa el terror a perder una posición personal de poder y de privilegio, sino que también encierra una preocupación muy legítima por la suerte de los trabajadores de la cultura. Ciertamente, hay una pregunta que nos hacemos todos(1) y que tal vez podría ser un frágil hilo común entre las distintas posiciones en juego en este conflicto: ¿cómo pueden los trabajadores de la cultura vivir de su trabajo hoy en día?

Lo que pasa es que algunos nos preguntamos cómo podemos vivir los trabajadores de la cultura de nuestro trabajo pero añadiendo (entre otras muchas cosas): en un mundo que es y será infinitamente copiable y reproducible (¡viva!). Y hay otros que encierran su legítima preocupación en un marco de interpretación estrechísimo: la industria cultural, el autor individual y propietario, la legislación actual de la propiedad intelectual, etc. O sea el problema no es el temor y la preocupación, sino el marco que le da sentido. Ese marco tan estrecho nos atrapa en un verdadero callejón sin salida en el que sólo se puede pensar cómo estiramos lo que ya hay. Y mucho me temo que la única respuesta posible es: mediante el miedo. Responder al miedo con el miedo, tratar de que los demás prueben el miedo que uno tiene. Ley, represión, castigo. Lo expresó muy claramente alguien en la reunión, refiriéndose al modelo americano para combatir las ***********: “Eso es, que al menos la gente sienta miedo”. Me temo que esa es la educación para la ciudadanía que nos espera si no aprendemos a mirar desde otro marco.

Tienen miedo a la Red. Esto es muy fácil de entender: la mayoría de mis compañeros de mesa piensan que “copiar es robar”. Parten de ahí, ese principio organiza su cabeza. ¿Cómo se ve la Red, que ha nacido para el intercambio, desde ese presupuesto? Está muy claro: es el lugar de un saqueo total y permanente. “¡La gente usa mis fotos como perfil en Facebook!”, se quejaba amargamente alguien que vive de la fotografía en la cena. Copiar es robar. No regalar, donar, compartir, dar a conocer, difundir o ensanchar lo común. No, es robar. Traté de explicar que para muchos creadores la visibilidad que viene con la copia puede ser un potencial decisivo. Me miraban raro y yo me sentía un marciano.

Me parece un hecho gravísimo que quienes deben legislar sobre la Red no la conozcan ni la aprecien realmente por lo que es, que ante todo la teman. No la entienden técnicamente, ni jurídicamente, ni culturalmente, ni subjetivamente. Nada. De ahí se deducen chapuzas tipo Ley Sinde, que confunde las páginas de enlaces y las páginas que albergan contenidos. De ahí la propia idea recurrente de que cerrando doscientas webs se acabarán los problemas, como si después de Napster no hubiesen llegado Audiogalaxy, Kazaa, Emule, Megavideo, etc. De ahí las derrotas que sufren una y otra vez en los juzgados. De ahí el hecho excepcional de que personas de todos los colores políticos (y apolíticos) se junten para denunciar la vulneración de derechos fundamentales que perpetran esas leyes torpes y ciegas.

Tienen miedo a la gente. Cuando había decidido desconectar y concentrarme en el atún rojo, se empezó a hablar de los usuarios de la Red. “Esos consumidores irresponsables que lo quieren todo gratis”, “esos egoístas caprichosos que no saben valorar el trabajo ni el esfuerzo de una obra”. Y ahí me empecé a poner malo. Las personas se bajan material gratuito de la Red por una multiplicidad de motivos que esos clichés no contemplan. Por ejemplo, están todos aquellos que no encuentran una oferta de pago razonable y sencilla. Pero la idea que tratan de imponernos los estereotipos es la siguiente: si yo me atocino la tarde del domingo con mi novia en el cine viendo una peli cualquiera, estoy valorando la cultura porque pago por ella. Y si me paso dos semanas traduciendo y subtitulando mi serie preferida para compartirla en la Red, no soy más que un despreciable consumidor parásito que está hundiendo la cultura. Es increíble, ¿no? Pues la Red está hecha de un millón de esos gestos desinteresados. Y miles de personas (por ejemplo, trabajadores culturales azuzados por la precariedad) se descargan habitualmente material de la Red porque quieren hacer algo con todo ello: conocer y alimentarse para crear. Es precisamente una tensión activa y creativa la que mueve a muchos a buscar y a intercambiar, ¡enteraos!

Lo que hay aquí es una élite que está perdiendo el monopolio de la palabra y de la configuración de la realidad. Y sus discursos traducen una mezcla de disgusto y rabia hacia esos actores desconocidos que entran en escena y desbaratan lo que estaba atado y bien atado. Ay, qué cómodas eran las cosas cuando no había más que audiencias sometidas. Pero ahora los públicos se rebelan: hablan, escriben, se manifiestan, intervienen, abuchean, pitan, boicotean, silban. En la reunión se podía palpar el pánico: “nos están enfrentando con nuestro público, esto es muy grave”. Pero, ¿quién es ese “nos” que “nos enfrenta a nuestro público”? Misterio. ¿Seguro que el público no tiene ninguna razón verdadera para el cabreo? ¿No es esa una manera de seguir pensando al público como una masa de borregos teledirigida desde algún poder maléfico? ¿Y si el público percibe perfectamente el desprecio con el que se le concibe cuando se le trata como a un simple consumidor que sólo debe pagar y callar?

Tienen miedo al futuro. “¿Pero tu qué propones?” Esa pregunta es siempre una manera eficaz de cerrar una conversación, de dejar de escuchar, de poner punto y final a un intercambio de argumentos. Uno parece obligado a tener soluciones para una situación complejísima con miles de personas implicadas. Yo no tengo ninguna respuesta, ninguna, pero creo que tengo alguna buena pregunta. En el mismo sentido, creo que lo más valioso del movimiento por una cultura libre no es que proponga soluciones (aunque se están experimentando muchas, como Creative Commons), sino que plantea unas nuevas bases donde algunas buenas respuestas pueden llegar a tener lugar. Me refiero a un cambio en las ideas, otro marco de interpretación de la realidad. Una revolución mental que nos saque fuera del callejón sin salida, otro cerebro. Que no confunda a los creadores ni a la cultura con la industria cultural, que no confunda los problemas del star-system con los del conjunto de los trabajadores de la cultura, que no confunda el intercambio en la Red con la piratería, etc.

Eso sí, hablé del papel fundamental que para mí podrían tener hoy las políticas públicas para promover un nuevo contrato social y evitar la devastación de la enésima reconversión industrial, para acompañar/sostener una transformación hacia otros modelos, más libres, más justos, más apegados al paradigma emergente de la Red. Como se ha escrito, “la inversión pública masiva en estudios de grabación, mediatecas y gabinetes de edición públicos que utilicen intensivamente los recursos contemporáneos -crowdsourcing, P2P, licencias víricas- podría hacer cambiar de posición a agentes sociales hasta ahora refractarios o poco sensibles a los movimientos de conocimiento libre”(2). Pero mientras yo hablaba en este sentido tenía todo el rato la sensación de arar en el mar. Ojalá me equivoque, porque si no la cosa pinta mal: será la guerra de todos contra todos.

Ya acabo. Durante toda la reunión, no pude sacarme de la cabeza las imágenes de la película El hundimiento: encerrados en un búnker, sin ver ni querer ver el afuera, delirando planes inaplicables para ganar la guerra, atados unos a otros por fidelidades torpes, muertos de miedo porque el fin se acerca, viendo enemigos y traidores por todos lados, sin atreverse a cuestionar las ideas que les arrastran al abismo, temerosos de los bárbaros que están a punto de llegar...(3)

¡Pero es que el búnker ni siquiera existe! Los “bárbaros” ya están dentro. Me gustaría saber cuántos de los invitados a la cena dejaron encendidos sus ordenadores en casa descargándose alguna película. A mi lado alguien me dijo: “tengo una hija de dieciséis años que se lo baja todo”. Y me confesó que no le acababa de convencer el imaginario que circulaba por allí sobre la gente joven. Ese tipo de cosas constituyen para mí la esperanza, la posibilidad de razonar desde otro sitio que no sea sólo el del miedo y los estereotipos denigratorios. Propongo que cada uno de los asistentes a la próxima cena hable un rato sobre el tema con sus hijos antes de salir de casa. O mejor: que se invite a la cena tanto a los padres como a los hijos. Sería quizá una manera de sacar a los discursos de su búnker, porque entonces se verían obligados a asumir algunas preguntas incómodas: ¿es mi hijo un pobre cretino y un descerebrado? ¿Sólo quiero para él que sienta miedo cuando enciende el ordenador? ¿No tiene nada que enseñarme sobre el futuro? El búnker ya no protege de nada, pero impide que uno escuche y entienda algo.

Amador Fernández-Savater (11-1-11)
*******************************************

A mi me gustaria preguntar a los que estaban alli, cuántos tienen sofware original en sus ordenadores? en una "discusion" de un cantautor y un amigo mio informatico, sobre este tema, cuando el informatico le hizo esa pregunta, el otro se calló. Parece que cultura son solo canciones, libros, obras de teatro, peliculas... el trabajo de los demas, ni es cultura, ni es valioso y es susceptible de piratearlo sin pagar un duro.

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Mensaje  JuanDeLezo Miér Ene 12, 2011 1:37 pm

Lo que no se quieren dar cuenta es del hecho innegable de que desde los autores mediocres hacia abajo van a desaparecer todos a este ritmo. Cuando nos obliguen a pagar aunque sólo sean tres euros por un libro, seremos mucho más selectivos y, por lo tanto, se creará un enorme arel que pocos podrán traspasar. Eso sí, quedarán los mejores y no por ejemplo un gilipollas que escribe un librito de doscientas páginas a letra gorda con una foto lograda y atrayente en la portada; después lees el libro por veinte euros y no puedes exigir el derecho a la devolución de tu dinero y una compensación económica por daños morales al forzar a tu cerebro en acabar de leer una cosa que te ha costado cara.

¿Queréis ver un ejemplo de hipocresía de un autor? Aunque bien es cierto que no sé la opinión de este autor sobre el tema bien puede servir como ejemplo de algún imbécil quejica.

La cena del miedo Alber+Vazquez+-+Mediohombre+(portada)


MEDIOHOMBRE (ALBER VÁZQUEZ) : ENTREVISTA EN EL DIARIO VASCO
-¿Le costó documentarse en torno a la sucedido en la batalla de Cartagena de Indias?
-Hoy en día no es necesario viajar a ningún lado gracias a internet. Existe un montón de documentación acerca de la batalla, existe Google Maps donde observar detalladamente el lugar, existe Flickr donde hay miles de fotografías de las fortificaciones, existe YouTube donde he visto muchos vídeos y existen multitud de foros donde la gente cuenta cosas. Podría haber ido a Cartagena, pero de vacaciones, porque lo que necesitaba saber, ya lo sabía. En cuanto a los combates, los describo de forma moderadamente exacta. O, por decirlo de otra forma, los describo literariamente. El problema de las batallas que, como ésta, se prolongan durante semanas y semanas, es que suelen ser muy aburridas. Los navíos de Vernon lanzaron miles y miles de cañonazos contra Cartagena, día tras día, hasta demoler las fortificaciones. Literariamente hay que utilizar determinadas estrategias para que una descripción así tenga algún interés para el lector.


O sea, que sin salir de casa y con Internet en mano el tío va y escribe un libro. Ya los escritores no viajan por el mundo para documentarse sobre el terreno de lo que van a escribir, no, ya no. Ahora van a YouTube y se informan bien. En YouTube, en mi página de Lezo y en un montón de páginas de allí mas, he dejado cientos de comentarios sobre Blas de Lezo a cual mejor. Quizá Aber Vázquez me haya plagiado a mí en algunas frases del libro que me suenan mucho, ¿por qué no?


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Mensaje  BB Miér Ene 12, 2011 2:44 pm

¿Y por qué no Juan? Deberías pedirle derechos de autor por el uso de tus frases, jajajajaja.

Curioso, el señor no se molesta ni en decir que ha leido libros históricos sobre el episodio. Sólo habla de lo conseguido en la red scratch



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Mensaje  Invitado Miér Ene 12, 2011 3:29 pm

JuanDeLezo, estoy totalmente de acuerdo contigo, es una verguenza lo que hacen algunos señores que se ponen el titulo de escritores y encima quieren cobrar eternamente de su bazofia.

No se si has leido este libro "El dia que España derroto a Inglaterra" (Pablo Victoria), lo lei en un dia, lo que mas jode es que la Historia de España tengan que escribirla extranjeros,(conste que me encanto el libro de Pablo Victoria), para que nos enteremos los españoles, pues aqui no somos ni para defender lo de casa.

"Mediohombree",del señor Alber, me parecio una farsa. Como bien dices se habra documentado en algun comic.

Aunque parezca que es solo la critica de un libro y su autor, todo esto sale a relucir cuando nuestros amados politicos (a los que no volvere a votar mientras me quede algo de memoria), nos meten los dedos en los ojos y solo quieren que veamos por los suyos. (Entiendase sus intereses que es lo unico que les importa) a los demas que nos vayan dando por donde mas nos duela.

Me gustaria pedirte un favor, puedes darme la direccion de tu pagina web, seguramente encontrare cosas mas interesantes que leyendo a ciertos energumenos.

Gracias y un abrazo.

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Mensaje  JuanDeLezo Jue Ene 13, 2011 2:24 pm

Sí he leído el libro de pablo Victoria y me parece más completo que el de Alber Vázquez. Por lo menos Pablo demuestra que ha leído el diario de guerra de don Blas. Pero en ambos casos sus libros se reducen a la mera batalla de Cartagena, de Lezo estuvo en veintiuna más y algunas de ellas espectaculares. Sus libritos en todo caso son nimios comparados con lo que podían haber escrito sobre el personaje y los hechos históricos que se desarrollaban alrededor de esta nuestra gran figura. Después y al final de un supuesto buen libro de mil páginas, se expondría la batalla de Cartagena como desenlace final del héroe. Pero claro, quizá en YouTube no exista mucha información para el, no obstante, meritorio Alber Vázquez, y sobre el resto de la vida de don Blas.

Con respecto a mi extinta página web ya no existe al cerrarla por poca actividad. Me indignaba que nadie supiera de don Blas y que fueran allí a cachondearse de un medio hombre, a éstos los mandaba directamente a chupársela a Superman. Otros venían, patrioteros todos ellos, a llorar sobre el Imperio y fomentar el odio racial hablando maravillas de Cortés y Pizarro llamando de todo a nuestros queridos hermanos de América. Total que la cerré.

Es en YouTube donde decidí por lo menos divertirme entre tanto imbécil que puebla ese sitio. Tengo cuentas como la Mr.Tamerland, Fouche, JenJisJuan y alguna más que las utilizo para entrar a saco en páginas islamistas talibaneras y sacarles los colores a los fanáticos en general, tanto moros, como cristianos, como machistas, como nazis, como… fanáticos miles. A todos me encanta hacerles ver la ignorancia de su fanatismo, jojojo. Pero esas están dormidas para que no me las cierren troleando.

Tengo dos (que nadie se entere) donde soy un reconocido ateo en una y un reconocido creyente en otra:

https://www.youtube.com/user/juandelezo
https://www.youtube.com/user/EnilMarduk

Entre las dos abarco temas como la Mitología y la Historia. Claro, ahí entra de lleno Blas de Lezo y otro montón de gente. En mitología tienes de todo: desde los dioses mesopotámicos al mismo Jesucristo. Debates técnicos-religiosos como el del Primer Concilio de Nicea y Constantino, diferencias entre Mateo y Lucas, verdaderos nombres de Moisés y faraón, la Sábana Santa, etc.

O sea, que si no te quieres volver loco, ni las visites y te pierdas entre miles de comentarios muchos de ellos de vergüenza ajena.


JuanDeLezo
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Mensaje  Invitado Jue Ene 13, 2011 2:27 pm

Continuación a la noticia de ayer, se pican!!!!

****************

Con la ley Sinde en la sala de reanimación —rechazada en el Congreso el pasado 21 de diciembre—, muchas han sido las voces que han clamado para que los artistas alzaran la voz, desde Teddy Bautista a Pau Donés. Pero la que mayores esfuerzos ha hecho ha sido la propia ministra de Cultura. González-Sinde lleva manteniendo, desde hace algunas semanas, una serie de encuentros «a título personal», según confirman fuentes ministeriales, con diversas personalidades de la industria cultural para debatir sobre internet, derechos de autor... y de paso confirmar el discurso único de apoyo a la ley Sinde.

IGNACIO GIL.La ministra, en una imagen recienteManuel Gutiérrez Aragón, presente en una de estas cenas informales, considera las reuniones organizadas por Sinde efectivas y necesarias, ya que «hay que luchar por la propiedad intelectual y no dar ninguna tregua a los internautas, porque es como pactar con los terroristas». Según Gutiérrez Aragón, «el problema es que se está desviando el discurso y con tanta demagogia a la gente se le olvida de que se trata de una industria y que, por tanto, es como robar en El Corte Inglés. Estas cenas se están celebrando en apoyo de la cultura, para que quede claro que todos los sectores estamos concienciados y para que la Ley salga adelante, como ocurre en todos los países de Europa».
El menú de la discordia
Una unidad que el Ministerio buscaba y que había conseguido en todas las cenas celebradas... hasta el pasado viernes 7 de enero. Ese día acudieron a la llamada de Ángeles González-Sinde Álex de la Iglesia, Soledad Giménez, Antonio Muñoz Molina, Elvira Lindo, Alberto García Álix, Ouka Leele, Luis Gordillo, Juan Diego Botto, Manuel Gutiérrez Aragón, Gonzalo Suárez, Cristina García Rodero... y el editor Amador Fernández-Savater (Acuarela Libros).
Todos iban convencidos de que se trataba de una cena privada y, como tal, hablaron con total libertad del principal tema de debate puesto sobre la mesa, la ley Sinde. Pero el veto de la privacidad fue levantado por Fernández-Savater al escribir ayer un post en su blog en el que daba su propia versión del menú degustado: «el miedo». «Antonio (Muñoz Molina) y yo asistimos a una cena privada y es absurdo saber nuestra opinión sobre ninguna ley porque no somos nadie», contaba una sorprendida Elvira Lindo.
Pero, para sorpresa, la de la ministra de Cultura, quien, según el diputado José María Lassalle, portavoz de Cultura del PP, busca un papel en el elenco de este proceso. «Trata de dar buena imagen entre su gente y en los medios, para rebajar la presión. Quiere tener el papel que no ha tenido hasta el momento, pero la filtración de la cena le ha estropeado el plan y, una vez que se pone bajo la ley de Murphy, haga lo que haga le va a salir mal».
Durante el último mes, la ministra que da nombre a la disposición final segunda de la Ley de Economía Sostenible ha puesto todo su afán en defenderla y recabar apoyos. Alejandro Sanz empleó Twitter para exhortar a los políticos (a quienes llamó «cobardes») a que votaran a favor. También en Twitter, Álex de la Iglesia defendió su postura frente a cientos de internautas. Luego organizó un encuentro con representantes de la Red en la sede de la Academia de Cine. ¿El objetivo? Acercar posturas... aunque el resultado se acercara más al refuerzo de la imagen pública del presidente de los cineastas.
El bloguero indiscreto
La chispa que prendió la mecha de las (hasta ahora) privadas cenas de Ángeles González-Sinde fue el post de Amador Fernández-Savater, titulado «La cena del miedo». Su principal conclusión es la preocupación: «Me preocupa que quien tiene que legislar sobre la Red la conozca tan mal, que sea el miedo quien organiza nuestra percepción de la realidad y quien toma las decisiones gubernamentales. Me preocupa esa combinación de ignorancia y miedo, porque de ahí sólo puede resultar una cosa: el recurso a la fuerza, la represión y el castigo».
El editor, hijo del filósofo Fernando Savater, considera que «hay mucho miedo entre los que tienen poder: miedo a la crisis irreversible de los modelos culturales y de negocio en los que “el ganador se lo lleva todo” y los demás poco o nada». Finalmente, y ante el pretendido objetivo de la reunión de pulsar la opinión sobre la ley Sinde, Fernández-Savater se pregunta quién es el mundo de la cultura. «Por lo visto: el establishment de la industria cultural. Su opinión es bien conocida: hay que perseguir más de lo mismo. ¿Cómo? El miedo como educador».

http://www.abc.es/20110113/cultura/abci-sinde-201101130439.html

***********************************

Estoy pensando yo... cuantas cenas se están y "quien" las paga???? ... ya, nosotros! por que ésta esta dando mucho de sí, pero seguramente habrá habido otras. Esto es como una novela de Mario Puzo.

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Mensaje  Invitado Jue Ene 13, 2011 4:57 pm

JuanDeLezo, te comprendo perfectamente y te agradezco toda la información que me has dado.

De todas formas cuando tenga un rato muerto me dare una vuelta por las paginas que me indicas, pues todo lo que sea Historia y Mitologia me llama la atención y es bueno conocer diversos puntos de vista.

Gracias. Un saludo.

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Mensaje  Thot Jue Ene 13, 2011 7:20 pm

La documentación para realizar una novela o un trabajo de investigación se ha ampliado de tal manera -con las nuevas tecnologías-que la copia, plagio y apropiación de los escritos ajenos es algo que ahora se conoce mucho más y mucho mejor. La falta de rigor ha alcanzado tales cotas que ha llegado a "salpicar" los trabajos realizados por alguno de los que acudieron a dichas cenas "Sinde". Todos conocemos la historia de los "negros" y sus venganzas (AR me remito) o los apuros de algún antiguo Director General de la Biblioteca Nacional o un muy conocido poeta y ensayista que tuvo el desliz "inexplicable" de copiar un par de capitulos en un ensayo sobre piratas. Sea como fuese, impera la mediocridad en las politicas de estimulo cultural reducidas al proteccionismo y al servilismo en forma de entretenimiento, no de cultura. La máquina del entretenimiento se está parando y las fronteras del "todo vale" se han ensanchado, especialmente si de lo que "me beneficia se trata". La cena del miedo no es más que una fórmula "light" de los grupos de discusión como técnica cualitativa de investigación, deformada y por lo tanto poco valida. Y parece que abundan. Y a tenor de las filtraciones de Wikileaks, de manera directa y, en muchos casos, eticamente cuestionable. Por eso, los intercambios y el conocimiento muestran las fisuras y chabacanerias del poder. Ojalá se den cuenta y cambien de dirección. Sobre todo, por su supervivencia "creadora"...
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La cena del miedo Empty Re: La cena del miedo

Mensaje  Invitado Jue Ene 13, 2011 10:54 pm

Lo que esta claro es que con el argumento de promocionar la cultura, se sacan sus cenas gratis, viven del cuento y nos tratan de ladrones a los que cobramos lo minimo y tratamos de llegar a fin de mes como podemos. Y se quedan tan anchos. Tb se deben reir de nosotros lo que quieren, por que al fin y al cabo, terminaran sacando la puñetera ley y dejandonos con menos de lo que tenemos. Manda narices!!! nono

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La cena del miedo Empty Re: La cena del miedo

Mensaje  JuanDeLezo Vie Ene 14, 2011 2:39 pm

Pero Akasha, no seas agarrada: hay que dar de comer al hambriento y de beber al sediento. ¿Es que no te das cuenta que esa gente necesita cultivar su mente vía oral? Ahí la señora ministra realiza una labor encomiable atendiendo las necesidades básicas de nuestros ilustres intelectuales y artistas insignes.

Me pregunto qué hubiera dicho mi querido Sócrates sobre una industria cultural…
Hablando de Sócrates, recordando sus últimas palabras:
“Critón, le debo un gallo a Asclepio. No te olvides de pagárselo".

Recordándome esto las últimas palabras de Honoré de Balzac:
“Ocho horas con fiebre, ¡me habría dado tiempo a escribir un libro!”

Y cómo no, las últimas palabras de Leonardo Da Vinci:
He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía haber tenido.

…, jé. Con estos gilipollas zampabollos rebañaorzas culturales no hace falta ser muy fino adivinando qué pueden decir en su lecho de oro cuando tengan a bien librarnos de sus quejas. Estoy seguro que sus últimas palabras culturales serán muy parecidas y casi plagiadas de Nerón:

“¡Qué artista muere conmigo!”



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La cena del miedo Empty Re: La cena del miedo

Mensaje  Invitado Vie Ene 14, 2011 3:56 pm

Quitando la de Neron, el resto no las conocia, me las apunto. Flower

Claro como ni siquiera llegaran a mileuristas, pob recitos mios! tienen que chupar más del bote. Si tengo que pagar yo, la menos me gusta elegir a quien le pago la comida, me revientan estos gorrones hasta limites... qué lastima no tenerlos cara a cara!

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